miércoles, 13 de febrero de 2008

Descubriendo la mitad desconocida de Mercurio

Los responsables de la misión MESSENGER han mostrado otras dos imágenes obtenidas durante el reciente sobrevuelo de la sonda espacial al planeta Mercurio. Durante la jornada del 14 de enero de 2008, la sonda observó aproximadamente la mitad del hemisferio nunca antes estudiado por vehículos espaciales. Las fotografías, realizadas por la cámara de campo estrecho -integrada en el Sistema de Imagen Dual- del vehiculo están sirviendo para construir mosaicos con los que estudiar la evolución geológica de este planeta.
Veinte minutos antes de la máxima aproximación de MESSENGER, cuando la sonda se encontraba a 5000 km de distancia, sus cámaras realizaban la imagen superior. Los objetos que en ella se aprecian tienen 400 metros de diámetro y el área observada mide 370 km de extremo a extremo. En la toma se muestra parte de un cráter de impacto reciente con cadenas de cráteres secundarios localizadas cerca del ecuador del planeta. Las estructuras de impacto presentan terrazas que han colapsado posteriormente a su formación. Las cadenas de cráteres secundarios, formados por el impacto de las eyecciones que salieron expulsadas durante la generación del cráter principal forman cadenas lineales que en su conjunto conforman un terreno con colinas suaves. A partir de la densidad de cráteres de impacto y el análisis cronológico de las estructuras superficiales, los científicos pueden determinar la edad relativa de las diferentes formas del terreno (cráteres, fracturas, colinas, llanuras...).
La cámara de campo estrecho de la MESSENGER obtuvo varias tomas del planeta empleando cada uno de sus 11 filtros de color. Esta imagen de Mercurio en fase creciente fue realizada en la región del espectro visible, concretamente a 750 nm de longitud de onda (zona del rojo más próxima al infrarrojo). El área abarca regiones ya fotografiadas con la Mariner 10, pero en condiciones de observación muy diferentes. Mientras que en los sobrevuelos de los años ’70 la luz solar iluminaba verticalmente el área, quedando ocultado el relieve del terreno. En este sobrevuelo la iluminación es oblicua, de tal forma que las regiones cercanas al terminador pueden ser estudiadas con mayor facilidad para averiguar su topografía superficial.
Esta imagen -que sirve a los científicos para localizar y estudiar en su contexto las tomas de detalle mostradas en noticias anteriores- fue realizada 80 minutos antes del máximo acercamiento, desde una distancia de 27 000 km, siendo los detalles más pequeños de 10 km de diámetro.

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